Paraiso de las palabras

Paraiso de las palabras

jueves, 15 de marzo de 2012

La ofensa esta en la boca del que lo pronuncia y en el oido al que van dedicada.

Me siento nada, cuando yo para mí era todo, deje mis pantalones en el suelo para que después me arrastraran por el lodo, me siento hundida, dolida, marginada, decepcionada, y decidida, que por mucho que ladre esto no es una despedida, que sigo en sintonía, pero no muerdo aunque a cual perro se me compare, solo dije verdades sin ninguna maldad, como supuestamente los animales, palabras que han herido este corazón sensible y hierto, esta herida visible que sigue abierta. Yo no guardo rencor, ni va a faltar mi palabra, pero supiste dar donde duele para romperme el alma, desgastada de las malas pasadas hiciste que mi noche de esperanza acabara apagada, y puede que en algunas cosas tengas razón y en otras mis escusas sean limitadas, pero esto no fue cual guillotina por traición, ni delito de estado, esto fue una mentira, una sin razón para dejarme temblando, cual marilyn manson llorando, ¿dramática? podrías decir, y ¡no! realista por que aunque tu no tengas sentimientos, el mero hecho que yo exista deberías guardarme algo de respeto o simplemente dejarme en decreto, ponerte en mi lugar, pero como cual complemento más, como bolso sin moda o camisa de los 80 yo seré una más y como a diez mil millones setenta, estaré en un armario olvidada, hermano, así llega sarah y se despide la chica de la mano.

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